jueves, marzo 05, 2015

Cono Sur 4. Torres del Paine y Ushuaia.


La tarde del 27 de diciembre de 2011, Rotem Singer (un joven israelí de 23 años) decidió prender fuego al papel higiénico que acababa de usar iniciando así uno de los incendios más graves de la historia del Parque Nacional Torres del Paine (al sur, Andes chilenos y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO). Se perdieron 17.000 hectáreas de bosque que dejaron de arder completamente a finales de febrero de 2012, dos meses después. 
Los "Cuernos" tras miles de árboles quemados.
Parte de la subida al Campamento Torres.


De camino al Campamento Italiano.

Costará 60 años que estos árboles vuelvan a crecer, pero la magnificencia del parque es tal, que con enfocar la cámara hacia las imponentes montañas del parque por encima de la superficie quemada, nadie se dará cuenta de la diferencia. Montañas como los cuernos, las torres del piedra lajada, glaciares, lagos verdes como el hielo, ríos cristalinos de sonidos estridentes y nosotros caminando  por sus senderos tan bien organizados para que los viajeros disfruten de sus caminatas; eso sí, previo pago de 30 dólares si eres europeo. 





Existen muchas opciones para caminar Torres del Paine, hay varios circuitos, el más popular dibuja una W por la parte sur y se puede dormir en campings tanto gratuitos como de pago. Los de pago se encuentran en la parte del parque que tiene dueño, es decir, que un parque nacional tenga un dueño particular es lo más normal en la patagonia en general. A lo largo de la historia de la política de Chile y Argentina, sus gobiernos se encargaron de vender los recursos nacionales a precio de saldo...
Pero no nos desviemos del tema, nosotros, al no ser montañeros expertos, nos costó bastante subir y bajar y subir y bajar con las mochilas llenas de comida y equipo de acampada y con lo que viene siendo el tiempo patagónico que tan pronto hace un sol abrasador como cae el chaparrón de la semana... tres días después, apenas podíamos movernos y el cielo estaba bastante nublado, así que volvimos a la ciudad que apadrina el parque, Puerto Natales.
Es todo un espectáculo ver a los demás senderistas subir al autobús de vuelta, todos caminamos del mismo modo,  un pequeño homenaje al pingüino... no, no exageramos!




En Puerto Natales nos alojamos en una especie de hogar del viajero, Gloria y Óscar dentro de su infinita generosidad comparten su humilde hogar con todo aquel que los contacte a través de Couchsurfing; a cambio, hay que aportar algo a las comidas, a la casa... compartir. Así que la última noche del año, nos sentamos a la mesa una china, dos suizos, un alemán, una búlgara, una francesa, tres estadounidenses, una mexicana y otro español; cada uno preparó un plato de su tierra, todo estaba riquísimo! sin duda esta noche vieja quedará para los anales de nuestra historia.


Una Nochevieja especial.

Siguiente parada Tierra de Fuego en el fin del mundo. Para cruzar el estrecho de Magallanes, hay que tomar un ferry; los días de viento y sol sus aguas verdosas se cubren de Toninos (delfines blancos y negros que sólo viven en esta parte del planeta) que acompañan al navegante y que permiten a los turistas sacar bonitas fotos a diestro y siniestro.



Ushuaia es la ciudad más austral del mundo, en la oficina de turismo existen sellos con diferentes dibujitos para que el viajero se los estampe en el pasaporte. Sobra decir que es exactamente lo que hicimos. Tiene un aire alpino de ciudad pija donde todo es muy caro, pero nos quedamos como una semana porque nos habían recomendado el Parque Nacional Tierra del Fuego para hacer senderismo y alojarnos en su refugio donde un par de israelíes casi nos matan ahogados al encender la estufa y dejar las portezuelas abiertas con todo el humo esparciéndose por la estancia (a ver, que también nos encontramos gente maja... pero reconocemos que le hemos cogido un poco de manía, jaja!).
El camino de la Costanera es bellísimo, así como el que recorre Bahía Lapataia.







En la misma ciudad intentamos sin éxito acercarnos a Laguna Esmeralda, así que nos conformamos con una bonita salida en bote por el canal de Beagle a ver focas, lobos marinos, cormoranes, albatros y el faro de Les Eclaireurs (que venden como si fuera el más austral del mundo, mentira gorda); bonita navegación con mucha suerte por el día despejado que nos dejó hacer espectaculares fotos. 
Cuando uno llega tan al sur, se plantea cuán exótico sería tomar un barco y llegar hasta la Antártida... pero cuando ves algún precio, se te quitan las ganas de sopetón (lo más barato estaba por los 4000 dólares una semanita); así que nos conformamos con visitar el museo (antigua cárcel donde llevaban a los presos más malotes) en el cual te explican un poco de la historia de este lugar así como de todas las expediciones al Polo Sur... alguien se acuerda de la canción de Mecano "Héroes de la Antártida" sobre la expedición inglesa del capitán Scott? pues eso.
Después de llegar tan abajo, había que empezar a subir por Chile... pero eso ya es otra historia.