
Como iba diciendo, un temporal galopante se cernió sobre nosotros y no nos dio mucha tregua para casi nada. Aprovechamos un par de excursiones a bosques milenarios para visitar a los viejos Kauris, árboles gigantes. En el pasado, Nueva Zelanda estaba plagada de ellos, pero la industria maderera se lo fue cargando poco a poco hasta que hubo que protegerlos convirtiendo los bosques que habitaban en reservas naturales. Los más antiguos tienen cerca de 2.000 años y los más grandes alcanzan los 16 metros de diámetro y los 50 de altura.
Por el camino nos topamos con alguna que otra cascada… que si el tiempo hubiera acompañado, invitaba a darse un chapuzón en ellas.

Ya de regreso nos asomamos a unas dunas de arena donde la gente va a “surfear” y por allí caminamos un rato hasta que el diluvio cayó sobre nosotros y nos dejó empapados y con pocas ganas de hacer nada más…
Nenes, que intento escribir un comentario y no hay manera! Un abrazo grande, Chicos y Feliz 2011!!
ResponderEliminarLas fotos son increíbles! Espero veros muy pronto!
Raimona.